Código ético

CÓDIGO ÉTICO DEL PARTICIPANTE EN THE BIG YEAR SPAIN 2013

El hecho de participar en este concurso conlleva a asumir lo siguiente:

1.- Regirse por el Código ético del observador de aves que proponemos más abajo.

2.- Considerar cuestión de Honor el velar por la veracidad y confirmación de los propios resultados. En ello se basa la confianza entre todos los participantes. El valor del resultado reside en la integridad del esfuerzo por conseguirlo y, cuando ésta falta, acaba por notarse.

3.- Descartar cualquier registro o especie cuando exista la más mínima duda sobre la identificación correcta.

4.- Comunicar a asociaciones conservacionistas o a las autoridades las afecciones graves a las aves y sus hábitats (principalmente en el caso de especies amenazadas) detectadas durante las salidas de observación.

5.- Y ante todo: olvídate de competir y pásalo bien observando aves. Anota especies disfrutándolas, saborea el paisaje, no padeciendo porque alguien pueda adelantarte.


CÓDIGO ÉTICO DEL OBSERVADOR DE AVES

Síntesis y adaptación de los que han circulado diferentes entidades, proponemos el siguiente:

1.- Evitar causar daños y molestias a las aves. 
  • Mantener siempre una distancia prudencial, especialmente en áreas de cría (no visitar nidos, salvo dentro de proyectos de investigación autorizados), dormideros, pre-dormideros, posaderos, puntos de exhibición nupcial, áreas de reposo y zonas de baño y alimentación donde se concentran en épocas de escasez.
  • No perseguir molestando al ave, y especialmente cuando se trata de especies amenazadas, migrantes en época de paso y rarezas.
  • Prescindir totalmente del uso de grabaciones y otros reclamos artificiales, que pueden causar severos daños, incluso la pérdida de puestas y polladas. Tan sólo nos valdremos, y siempre fuera de la época de cría, de imitaciones que podamos realizar nosotros mismos silbando o con la ayuda de las manos, evitando emitirlas en más de una sesión en la misma zona. También está permitido el "pishing" (siseo de alarma para hacer asomar principalmente a paseriformes escondedizos) pero sin abusar en una misma zona, e igualmente sólo fuera de época de cría.
  • Mantener un comportamiento silencioso y sin ruidos.
  • Mantener en secreto las localizaciones de lugares de nidificación y otros puntos sensibles de especies escasas y amenazadas, que conviene notificar exclusivamente a gestores, investigadores o asociaciones conservacionistas que trabajen con dichas especies. Evitar notificar igualmente la localización de rarezas si se considera que puede suponer una perturbación para el ejemplar avistado o causar problemas por el acceso de más gente al lugar o propiedad donde se encuentra.
  • Para evitar mostrar indirectamente las localizaciones sensibles, hay que ocultarse de las miradas ajenas cuando enfocamos con el telescopio o los prismáticos, especialmente desde el borde de carreteras y caminos donde nos puede ver mucha gente.
  • Llamar amablemente la atención sobre la necesidad de observar estas precauciones a otros observadores poco cuidadosos a quienes sorprendamos causando molestias o poniendo en peligro a las aves con su actitud. Sé amable pues es muy posible que no sea a propósito, que simplemente ni se lo hayan planteado.
2.- Evitar afectar al hábitat de las aves. 
  • Mantenerse mientras sea posible en los caminos, pistas, sendas, carreteras y cortafuegos reduce la afección a la vegetación.
  • No alterar nunca la vegetación y muchos menos en torno a nidos, dormideros, posaderos y otros puntos utilizados por las aves.
  • No encender nunca fuego en el monte ni arrojar colillas.
  • No arrojar nunca ningún residuo en el campo, por mínimo que sea, ni siquiera materiales biodegradables. En cambio, sí sería deseable recoger y depositar en un contenedor algo de la basura que nos encontremos en nuestras salidas.
3.- Evitar causar perturbaciones a otras especies.
  • Hay que ser conscientes de que en el lugar que visitamos para observar aves pueden coexistir otras especies sensibles o amenazadas de fauna o de flora. Es preciso respetar sus épocas y áreas más sensibles y evitar causar molestias en el caso de la fauna y la alteración o pisoteo en el caso de la flora.
4.- Respetar los derechos y necesidades de otros usuarios del campo y de los espacios públicos y privados, así como la legislación vigente.
  • Seguir las normas en las zonas donde exista regulación específica, como por ejemplo en los espacios naturales protegidos.
  • Obtener permiso de entrada a las propiedades privadas y públicas en que hay restricciones de paso.
  • Dejar siempre las cancelas, portones y demás tal como las encontramos a nuestro paso.
  • No molestar al ganado.
  • No dañar equipamientos públicos ni privados, como por ejemplo observatorios, pasarelas, vallados, etc.
  • Respetar las culturas locales.
5.- La actitud como observadores de aves. 
  • Aunque el respeto hacia otros colectivos y personas nos lo merecen directamente, hemos de pensar también que tanto en el campo como en la "civilización" somos algo así como los embajadores de la observación y de los observadores de aves ante otras personas ajenas a este mundillo. De nuestra actitud dependerá la idea que se hagan del colectivo y de nuestra actividad, y que, en lo sucesivo, obren en consecuencia.
  • El respeto, la ayuda y el apoyo a otros observadores de aves deben ser la norma, especialmente cuando se trata de personas que empiezan, y particularmente con los niños y jóvenes.
  • Deberíamos aprovechar las ocasiones que tengamos de dar a conocer tanto la observación de aves como el mundo de las aves y la necesidad de su conservación. E intentar ofrecer la ocasión a más gente de entrar en este mundillo, organizando alguna salida a ver aves o incluso llevándonos alguna vez con nosotros a algún conocido a quien pudiera gustarle.
6.- Contribuir a la conservación de las aves y sus hábitats. Además de las precauciones a tomar durante la observación, es recomendable:
  • Compartir la información obtenida con otros observadores, bien directamente o bien a través de publicaciones (que hoy día van desde las revistas científicas hasta los anuarios, los noticiarios online o incluso los blogs).
  • Comunicar a asociaciones conservacionistas o a las autoridades las afecciones a las aves y sus hábitats (principalmente en el caso de especies amenazadas) detectadas durante las salidas de observación (conviene repetir esto).
  • Hacerse miembro del al menos una asociación conservacionista y/o de defensa de las aves que consideremos que cumple bien con sus fines. Apoyarla cuanto sea posible.
  • Participar en censos y programas de seguimiento de aves, para contribuir a conocer mejor su situación y sus necesidades de conservación.
  • Pequeñas acciones domésticas como cortar siempre los aros de plástico que unen las latas de refrescos y cerveza, o procurar reducir la producción de basura, pueden marcar la diferencia.
  • Si tienes gato, recuerda que evitar que campee libremente por el exterior puede evitar muchas muertes de aves, incluidas puestas y polladas, y muchos otros pequeños vertebrados. En Norteamérica se ha calculado que son millones las aves silvestres que mueren cada año en las garras de los aparentemente inofensivos gatos domésticos durante sus andanzas. Aquí ni se ha estudiado.
  • Plantearnos nuestros hábitos de consumo puede hacer mucho por la conservación de las aves y sus hábitats: desde pedir siempre botellas de vino que usen corcho natural para mantener los alcornocales, hasta evitar el aceite de palma para frenar la destrucción de selvas tropicales para la plantación de palma. También es buena idea plantearse la reducción y compensación de las emisiones de CO2 que producimos con el desplazamiento en vehículos a motor y el consumo eléctrico.
  • Difundir y dar a conocer este código ético entre los observadores de aves y divulgar al menos estas últimas recomendaciones entre otros amigos y conocidos.